¿Sabe qué hacer en caso de que su familiar mayor sufra una quemadura? Primera parte

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Las personas de la tercera edad son propensas a tener una mayor cantidad de incidencias que normalmente pueden prevenirse.

 

De acuerdo con información de la Cruz Roja Mexicana, hoy le hablaremos de uno de los accidentes más frecuentes en personas mayores: las quemaduras. Conozca lo que representan, los tipos de quemaduras que existen, cómo prevenirlas, y sobre todo, cómo debe actuar ante este tipo de crisis. ¡Comenzamos!

 

¿Qué es una quemadura?

 

Una quemadura se refiere a una lesión causada por el aumento de la temperatura a cualquier estructura del organismo. Su gravedad depende de 2 factores: el tiempo que el organismo haya sido expuesto a una fuente de calor y la temperatura de ella.

 

¿Qué tipo de quemaduras existen?

 

  • Quemaduras de espesor superficial o primer grado: Estas quemaduras afectan únicamente la capa más externa de la piel (epidermis). Signos y síntomas: Enrojecimiento de la piel, hinchazón, extrema sensibilidad, dolor y ardor.

 

  • Quemaduras de espesor parcial o segundo grado: Estas quemaduras afectan la región dérmica superficial epidermis, dermis, facial superficial, región reticular, región papilar que contiene vasos, nervios, glándulas sebáceas, folículos pilosos, pailas y en ocasiones puede llegar a tejido óseo. Signos y síntomas: piel pálida y serosa, no existe dolor por la lesión de los nervios, necrosis del tejido, aparición de ámpulas alrededor de la quemadura.

                                                                                                           

¿Qué factores potencian las quemaduras en personas mayores?

 

De acuerdo con el artículo “Seguridad y prevención de quemaduras para adultos mayores”, del Hearst Burn Center, NewYork-Presbyterian/Weill Cornell Medical Center, existen diversos factores que aumentan el riesgo de lesiones por quemaduras en las personas mayores, por ejemplo:                                                           

  • A medida que envejecemos, la capacidad para responder ante un peligro puede disminuir o hacerse más difícil. Nuestra piel también se hace más delgada y tiene más tendencia a lesionarse.
  • La memoria puede verse afectada con la edad. Es posible que sea más fácil olvidar alguna situación potencialmente peligrosa, como dejar la comida cocinándose en la hornilla u olvidar apagar velas encendidas.
  • Algunas enfermedades o cuadros clínicos como la diabetes o los temblores, o los cambios relacionados con la edad que afectan la capacidad para sentir, ver y escuchar, también aumentan el riesgo de quemaduras. Con el tiempo, percibir la temperatura del agua del baño o escuchar la alarma de un detector de humo puede volverse muy difícil.
  • Algunos medicamentos pueden causar somnolencia, mareos o temblores. Eso puede contribuir para que ocurran quemaduras por salpicadura de comidas o bebidas calientes, quedarse dormido con un cigarrillo encendido o caerse en una tina o una ducha con agua muy caliente.

 

Evite que su familiar mayor se enfrente a estas lamentables situaciones que alteran su estabilidad y muchas veces, ponen en máximo peligro su vida misma. Conozca el estado de salud real de su persona mayor y encamine acciones que lo salvaguarden.

 

No se pierda nuestro próximo blog, en donde le extenderemos la información referente a las lesiones por quemaduras que pueden sufrir sus familiares mayores y los mejores consejos para prevenir accidentes. 

 

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